Por: María Paula Ferrer (Abogada U Rosario - Legal Tech Col®)
El pasado lunes 13 de septiembre se celebró La Met Gala, evento en donde se reúnen las celebridades más reconocidas de todo el planeta. Este evento internacional se realiza cada año, y hace que los ojos de los aficionados de la moda se centren en las marcas de diseñadores tales como Chanel, Dior, Hermes, Gucci o Balenciaga.
En este caso, la marca de moda Balenciaga dio de que hablar, debido a que es acusada de apropiación cultural por unos pantalones deportivos que tienen un valor aproximado de USD 1,190. Los polémicos pantalones tienen en la parte superior de la cintura unos bóxer que, según la profesora de la universidad estatal de california, Marquita Gammage, “explotan la cultura negra con la esperanza de obtener grandes ganancias”.
Lo anterior se debe a la forma particular de usar los pantalones caídos, nacida en los años 90 por la masiva retención carcelaria de hombres negros en las cárceles de Estados Unidos. Ahí, los presos debían utilizar pantalones sin cinturón, lo que hacia que la parte de los bóxeres quedara expuesta, convirtiendo esta prenda en un elemento cultural para finalmente, a lo largo de los años, establecerse como un símbolo de estética del hip hop afroamericano.

El hecho, ha generado un rechazo por parte de los seguidores de la marca y de usuarios de redes sociales que acusan a Balenciaga de racismo y de vulnerar la historia afroamericana por apropiación cultural.
Y es que la apropiación cultural es entendida por la “World Intellectual Property Organization” (WIPO) como un acto por el que un miembro de una cultura dominante explota, ya sea por beneficio económico o personal, creaciones, rituales, atuendos o productos, pertenecientes a una comunidad históricamente vulnerada y la reutiliza en un contexto diferente, sin contar con su respectiva autorización, ni mencionar su origen.
Esta debe entenderse como un desequilibrio de poder que se perpetúa en el tiempo, incluso cuando se supone que ya no existe, por lo que, en el presente caso, hay una apropiación indebida por parte de la marca, puesto que como lo menciona El Dr. Gammage en Cultural Appropriation as ‘Agency Reduction’, se puede, por medio de estos actos, deslegitimar las experiencias negras de injusticia por ganancia de capital.
Frente a esto es importante aclarar que el préstamo cultural no siempre es indeseable o antiético, puesto que pueden existir colaboraciones en donde se permita la libre expresión y se realicen intercambios culturales, ya que, para la evolución tanto de la moda, como del arte, se necesita de diversidad y de interpretaciones artísticas de las culturas en donde se beneficien mutuamente y aporten beneficios genuinos a la sociedad.
Para evitar el uso indebido de las creaciones culturales, es importante concientizar a los diseñadores de moda y al público en general de que, a la hora de realizar cualquier decisión creativa en la marca, se tenga en cuenta el contexto y la historia detrás con el fin de evitar cualquier daño o perjuicio que se pueda causar.
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* Fotografía de Winterseitler
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